Proyecto de implantación de una clínica estética en Madrid, cuyo objetivo es dar forma a un espacio que transmita el bienestar y el asesoramiento profesional a sus clientes. Tras una puerta de vidrio que filtra la luz y la calma, la clínica se despliega con ligereza: la recepción y la sala de espera se abren al visitante, mientras que aquellos ámbitos de diagnóstico y tratamiento, quedan separados del tránsito y circulación de llegada, cuidando la intimidad y dividiendo el espacio.


